miércoles, 6 de enero de 2010
LeuCeMiA
QUE ES
Cuando las células sanguíneas inmaduras (los blastos) proliferan, es decir, se reproducen de manera incontrolada en la médula ósea y se acumulan tanto ahí como en la sangre, logran reemplazar a las células normales. A esta proliferación incontrolada se le denomina leucemia.
CAUSAS
La causa de la leucemia se desconoce en la mayoría de los casos. Sin embargo, está demostrado que no es un padecimiento hereditario o contagioso. La mayor parte de las veces se presenta en niños previamente sanos. Por tratarse de una proliferación de células inmaduras y anormales en la sangre, a la leucemia se le considera un "cáncer de la sangre".
SINTOMAS
Los primeros síntomas son cansancio, falta de apetito o fiebre intermitente. A medida que la afección avanza aparece dolor en los huesos, como resultado de la multiplicación de las células leucémicas en el sistema óseo. También aparece anemia, cuyas características son palidez, cansancio y poca tolerancia al ejercicio, fruto de la disminución de glóbulos rojos.
Asimismo, la reducción del número de plaquetas provoca hemorragias esporádicas y la aparición de manchas en la piel (petequias) o grandes hematomas, a consecuencia de hemorragia causada por golpes leves. Además, pueden presentarse hemorragias a través de nariz, boca o recto. Una de las hemorragias más graves es la que se presenta a nivel cerebro, la cual puede ocurrir si el número de plaquetas desciende en forma severa. Otra posible consecuencia es la baja en el número de glóbulos blancos (leucocitos), situación que repercute en las defensas del niño contra las infecciones.
TIPOS DE LEUCEMIA
Existen cuatro tipos principales de leucemia, denominados en función de la velocidad de progresión y del tipo de glóbulo blanco al que afectan. Las leucemias agudas progresan rápidamente; las leucemias crónicas se desarrollan de forma lenta. Las leucemias linfáticas afectan a los linfocitos; las leucemias mieloides (mielocíticas) afectan a los mielocitos. Los mielocitos se transforman en granulocitos, otra manera de denominar a los neutrófilos
DIAGNOSTICO
El médico le preguntará acerca de sus síntomas e historial clínico, y le realizará un examen físico. Él revisará la presencia de inflamación del hígado, bazo, o nódulos linfáticos en las axilas, ingle, y cuello.
Exámenes podrían incluir:
Exámenes Sanguíneos - para revisar la presencia de células de leucemia en la sangre. Se podrían realizar otros exámenes sanguíneos para valorar la presencia de genes específicos asociados con la leucemia.
Aspiración de Médula Ósea - retiro de una muestra de médula ósea líquida para examinar células cancerosas
Biopsia de Médula Ósea - retiro de médula ósea líquida y una pequeña pieza de hueso para examinar células cancerosas
Si la biopsia muestra células de leucemia, se podrían ordenar exámenes adicionales para determinar si la enfermedad se ha propagado y cuáles sistemas están afectados. La clasificación en etapas de la leucemia depende del tipo de leucemia. Exámenes podrían incluir:
Punción Lumbar (Punción Espinal) - retiro de una pequeña cantidad de líquido que rodea al cerebro y médula espinal para examinar células cancerosas
Radiografías de tórax - placas del pecho que podrían detectar señales de cáncer en el pecho
Las leucemias agudas son agresivas desde el principio, pero las leucemias crónicas tienen un transcurso más prolongado y más indolente. Con el paso del tiempo, podrían desarrollar características más agresivas a medida que las células que conforman la leucemia se vuelven más inmaduras. Como consecuencia, las leucemias crónicas se clasifican no sólo por tipo sino también por la fase en la cual está la enfermedad en ese momento.
Leucemia Mielógena Crónica se agrupa por tres fases generales:
Crónica, con pocas células inmaduras, síntomas leves, por lo general responde a tratamiento
Acelerada, con menos de 30% de blastos, algunos síntomas (p.e., fiebre, poco apetito y pérdida de peso), no responde tanto a tratamiento
Blástica, con más de 30% de blastos
En los Estados Unidos, la Leucemia Linfocítica Crónica (CLL) usa una clasificación de Rai para describir las fases de la enfermedad:
Etapa Rai 0, con bajo riesgo, con un conteo elevado de linfocitos sanguíneos
Etapa Rai 1, con riesgo intermedio, con un conteo elevado de linfocitos sanguíneos y nódulos linfáticos agrandados
Etapa Rai 2, con riesgo intermedio, con un conteo elevado de linfocitos sanguíneos y un bazo o hígado agrandados
Etapa Rai 3, con alto riesgo, con un conteo elevado de linfocitos sanguíneos y anemia
Etapa Rai 4, con alto riesgo, con un conteo elevado de linfocitos sanguíneos y conteo bajo de plaquetas
La leucemia aguda no se clasifica en etapas debido a que involucra a la médula ósea en todo el cuerpo y con frecuencia se ha propagado a otros órganos. Los médicos la clasifican por tipo y subtipo en un intento por determinar el pronóstico y un nivel recomendado de tratamiento.
Es difícil lograr el diagnóstico de la leucemia cuando ésta inicia, ya que sus primeros síntomas son parecidos a los de otras enfermedades típicas de la niñez. Estos síntomas son: cansancio, falta de apetito o fiebre intermitente. Es debido a esta situación que los padres suelen culparse por la demora en el diagnóstico, cuando incluso para el médico resulta complicado reconocer esta situación en su primera etapa.
TRATAMIENTO
El tratamiento recomendado en este tipo de padecimiento es la quimioterapia. En ésta se emplean diversos medicamentos especiales destinados a destruir las células leucémicas. Dicho tratamiento tiene tres fases: la de inducción a la remisión, la de consolidación y la de mantenimiento. En la fase de inducción a la remisión, cuya duración es de cuatro a cinco semanas, se intenta destruir la mayor cantidad de células malignas. Cuando ocurre la remisión, es decir el control temporal de la afección, el niño suele lucir normal, ya que los síntomas de la leucemia desaparecen. En ciertas ocasiones la remisión es apenas parcial, por esta razón algunos síntomas no desaparecen del todo. Sólo un pequeño porcentaje de los parientes no logra entrar en remisión. La fase de consolidación dura de dos a tres semanas, mientras que la de mantenimiento debe llevarse a cabo hasta completar tres años de tratamiento.
sábado, 6 de junio de 2009
CA १२५ का 125
CA 125 QUE ES
Definicion
Es un examen empleado para evaluar el tratamiento del cáncer ovário
Como se realiza el examen
La sangre se extrae clásicamente de una vena, por lo general de la parte interna del codo o del dorso de la mano. El sitio de punción se limpia con un antiséptico. El médico coloca una banda elástica alrededor del antebrazo con el fin de ejercer presión en el área y hacer que la vena se llene de sangre.
Luego el bioquimico introduce suavemente una aguja en la vena. La sangre se recoge en un frasco hermético o en un tubo que va conectado a la aguja. Se retira la banda elástica del brazo. Una vez que se ha recogido la muestra de sangre, se retira la aguja y se cubre el sitio de punción para detener cualquier sangrado.
Preparación para el examen
No se requiere preparación.
Lo que se siente durante el examen
Cuando se introduce la aguja para extraer la sangre, algunas personas sienten un dolor moderado, mientras que otras sienten sólo un pinchazo o picadura. Después, puede haber algo de sensación pulsátil.
Razones por las que se realiza el examen
El CA-125 es una proteína que se encuentra más en las células del cáncer ovárico que en otras células. Esta proteína entra al torrente sanguíneo y se puede medir por medio de un examen de sangre. Existen dos exámenes para el CA-125: uno de primera y otro de segunda generación. El examen de segunda generación se utiliza ahora más ampliamente y en general es más preciso
El examen se emplea a menudo para hacerle seguimiento a las mujeres a quienes ya se les ha diagnosticado el cáncer ovárico. En estos casos, la CA-125 es un muy buen indicador de si un paciente está respondiendo al tratamiento para el cáncer y si un paciente continúa en remisión después del tratamiento. En general, el CA-125 no es un buen examen para evaluar mujeres sanas en búsqueda de cáncer ovárico.
Valores normales
Los valores normales para un CA-125 dependen del laboratorio que realice el examen. En general, los niveles por encima de 35 U/mL se consideran anormales.
Los rangos de los valores normales pueden variar ligeramente entre diferentes laboratorios. La persona debe hablar con el médico acerca del significado de los resultados específicos de su examen.
Significado de los resultados anormales
En una mujer con cáncer ovárico conocido, una elevación en el CA-125 generalmente significa una progresión o recurrencia de la enfermedad, mientras que una disminución en el nivel del CA-125 por lo general significa que la enfermedad está respondiendo al tratamiento.
Una elevación de CA-125, en una mujer a quien NO se le haya diagnosticado cáncer ovárico, puede significar muchas cosas. Aunque puede indicar que ella tiene cáncer de ovario, también puede ser indicio de otros tipos de cáncer, al igual que de algunas enfermedades benignas tales como endometriosis.
Cuando se usa en mujeres sanas, un CA-125 elevado usualmente NO significa que el cáncer ovárico esté presente. La gran mayoría de las mujeres sanas con un CA-125 elevado no tienen cáncer de ovario (ni cualquier otro cáncer en realidad). La tasa de "falsos positivos" para este grupo de mujeres es alta.
Cualquier mujer con un examen CA-125 anormal necesitará exámenes adicionales, y algunas veces procedimientos quirúrgicos invasivos, para confirmar el resultado. Estos exámenes adicionales implican riesgos y ansiedad.
Por lo tanto, el CA-125 no debe ser considerado como un examen de detección general efectivo para el cáncer ovárico. Se están haciendo estudios para determinar si este examen podría ser efectivo al combinarse con otros exámenes de sangre o estudios radiológicos.
Riesgos
Las venas y arterias varían de tamaño de un paciente otro y de un lado del cuerpo a otro, razón por la cual obtener una muestra de sangre de algunas personas puede resultar más difícil que de otras.
Otros riesgos asociados con la extracción de sangre son leves, pero pueden ser:
Sangrado excesivo
Desmayo o sensación de mareo
Hematoma (acumulación de sangre debajo de la piel)
Infección (un riesgo leve cada vez que se presenta ruptura de la piel)
Definicion
Es un examen empleado para evaluar el tratamiento del cáncer ovário
Como se realiza el examen
La sangre se extrae clásicamente de una vena, por lo general de la parte interna del codo o del dorso de la mano. El sitio de punción se limpia con un antiséptico. El médico coloca una banda elástica alrededor del antebrazo con el fin de ejercer presión en el área y hacer que la vena se llene de sangre.
Luego el bioquimico introduce suavemente una aguja en la vena. La sangre se recoge en un frasco hermético o en un tubo que va conectado a la aguja. Se retira la banda elástica del brazo. Una vez que se ha recogido la muestra de sangre, se retira la aguja y se cubre el sitio de punción para detener cualquier sangrado.
Preparación para el examen
No se requiere preparación.
Lo que se siente durante el examen
Cuando se introduce la aguja para extraer la sangre, algunas personas sienten un dolor moderado, mientras que otras sienten sólo un pinchazo o picadura. Después, puede haber algo de sensación pulsátil.
Razones por las que se realiza el examen
El CA-125 es una proteína que se encuentra más en las células del cáncer ovárico que en otras células. Esta proteína entra al torrente sanguíneo y se puede medir por medio de un examen de sangre. Existen dos exámenes para el CA-125: uno de primera y otro de segunda generación. El examen de segunda generación se utiliza ahora más ampliamente y en general es más preciso
El examen se emplea a menudo para hacerle seguimiento a las mujeres a quienes ya se les ha diagnosticado el cáncer ovárico. En estos casos, la CA-125 es un muy buen indicador de si un paciente está respondiendo al tratamiento para el cáncer y si un paciente continúa en remisión después del tratamiento. En general, el CA-125 no es un buen examen para evaluar mujeres sanas en búsqueda de cáncer ovárico.
Valores normales
Los valores normales para un CA-125 dependen del laboratorio que realice el examen. En general, los niveles por encima de 35 U/mL se consideran anormales.
Los rangos de los valores normales pueden variar ligeramente entre diferentes laboratorios. La persona debe hablar con el médico acerca del significado de los resultados específicos de su examen.
Significado de los resultados anormales
En una mujer con cáncer ovárico conocido, una elevación en el CA-125 generalmente significa una progresión o recurrencia de la enfermedad, mientras que una disminución en el nivel del CA-125 por lo general significa que la enfermedad está respondiendo al tratamiento.
Una elevación de CA-125, en una mujer a quien NO se le haya diagnosticado cáncer ovárico, puede significar muchas cosas. Aunque puede indicar que ella tiene cáncer de ovario, también puede ser indicio de otros tipos de cáncer, al igual que de algunas enfermedades benignas tales como endometriosis.
Cuando se usa en mujeres sanas, un CA-125 elevado usualmente NO significa que el cáncer ovárico esté presente. La gran mayoría de las mujeres sanas con un CA-125 elevado no tienen cáncer de ovario (ni cualquier otro cáncer en realidad). La tasa de "falsos positivos" para este grupo de mujeres es alta.
Cualquier mujer con un examen CA-125 anormal necesitará exámenes adicionales, y algunas veces procedimientos quirúrgicos invasivos, para confirmar el resultado. Estos exámenes adicionales implican riesgos y ansiedad.
Por lo tanto, el CA-125 no debe ser considerado como un examen de detección general efectivo para el cáncer ovárico. Se están haciendo estudios para determinar si este examen podría ser efectivo al combinarse con otros exámenes de sangre o estudios radiológicos.
Riesgos
Las venas y arterias varían de tamaño de un paciente otro y de un lado del cuerpo a otro, razón por la cual obtener una muestra de sangre de algunas personas puede resultar más difícil que de otras.
Otros riesgos asociados con la extracción de sangre son leves, pero pueden ser:
Sangrado excesivo
Desmayo o sensación de mareo
Hematoma (acumulación de sangre debajo de la piel)
Infección (un riesgo leve cada vez que se presenta ruptura de la piel)
jueves, 28 de mayo de 2009
miércoles, 27 de mayo de 2009
ReSoNaNcIa mAgNeTiCa
Una imagen por resonancia magnética (IRM), también conocida como tomografía por resonancia magnética (TRM) o imagen por resonancia magnética nuclear (NMRI, por sus siglas en inglés) es una técnica no invasiva que utiliza el fenómeno de la resonancia magnética para obtener información sobre la estructura y composición del cuerpo a analizar. Esta información es procesada por ordenadores y transformada en imágenes del interior de lo que se ha analizado.
Es utilizada principalmente en medicina para observar alteraciones en los tejidos y detectar cáncer y otras patologías. También es utilizada industrialmente para analizar la estructura de materiales tanto orgánicos como inorgánicos.
La IRM no debe ser confundida con la espectroscopia de resonancia magnética nuclear, una técnica usada en química que utiliza el mismo principio de la resonancia magnética para obtener información sobre la composición de los materiales
Funcionamiento
Esquema de una unidad de IRM de imán superconductor
Equipo de IRM
Los equipos de IRM son máquinas con muchos componentes que se integran con gran precisión para obtener información sobre la distribución de los átomos en el cuerpo humano utilizando el fenómeno de RM.
La enorme cantidad de núcleos presente en un pequeño volumen hace que esta pequeña diferencia estadística sea suficiente como para ser detectada.El siguiente paso consiste en emitir la radiación electromagnética a una determinada frecuencia de resonancia. Debido al estado de los núcleos, algunos de los que se encuentran en el estado paralelo o de baja energía cambiarán al estado perpendicular o de alta energía y, al cabo de un corto periodo de tiempo, re-emitirán la energía, que podrá ser detectada usando el instrumental adecuado. Como el rango de frecuencias es el de las radiofrecuencias para los imanes citados, el instrumental suele consistir en una bobina que hace las veces de antena, receptora y transmisora, un amplificador y un sintetizador de RF.
Es utilizada principalmente en medicina para observar alteraciones en los tejidos y detectar cáncer y otras patologías. También es utilizada industrialmente para analizar la estructura de materiales tanto orgánicos como inorgánicos.
La IRM no debe ser confundida con la espectroscopia de resonancia magnética nuclear, una técnica usada en química que utiliza el mismo principio de la resonancia magnética para obtener información sobre la composición de los materiales
Funcionamiento
Esquema de una unidad de IRM de imán superconductor
Equipo de IRM
Los equipos de IRM son máquinas con muchos componentes que se integran con gran precisión para obtener información sobre la distribución de los átomos en el cuerpo humano utilizando el fenómeno de RM.
El elemento principal del equipo es un imán capaz de generar un campo magnético constante de gran intensidad. Actualmente se utilizan imanes con intensidades de campo de entre 0.15 y 7 teslas.
El campo magnético constante se encarga de alinear los momentos magnéticos de los núcleos atómicos básicamente en dos direcciones, paralela (los vectores apuntan en la misma dirección) y anti-paralela (apuntan en direcciones opuestas).
La intensidad del campo y el momento magnético del núcleo determinan la frecuencia de resonancia de los núcleos, así como la proporción de núcleos que se encuentran cada uno de los dos estados.Esta proporción está gobernada por las leyes de la estadística de Maxwell-Boltzmann que, para un átomo de hidrógeno y un campo magnético de 1.5 teslas a temperatura ambiente, dicen que apenas un núcleo por cada millón se orientará paralelamente, mientras que el resto se repartirán equitativamente entre ambos estados, ya que la energía térmica de cada núcleo es mucho mayor que la diferencia de energía entre ambos estados.
La enorme cantidad de núcleos presente en un pequeño volumen hace que esta pequeña diferencia estadística sea suficiente como para ser detectada.El siguiente paso consiste en emitir la radiación electromagnética a una determinada frecuencia de resonancia. Debido al estado de los núcleos, algunos de los que se encuentran en el estado paralelo o de baja energía cambiarán al estado perpendicular o de alta energía y, al cabo de un corto periodo de tiempo, re-emitirán la energía, que podrá ser detectada usando el instrumental adecuado. Como el rango de frecuencias es el de las radiofrecuencias para los imanes citados, el instrumental suele consistir en una bobina que hace las veces de antena, receptora y transmisora, un amplificador y un sintetizador de RF.
Debido a que el imán principal genera un campo constante, todos los núcleos que posean el mismo momento magnético (por ejemplo, todos los núcleos de hidrógeno) tendrán la misma frecuencia de resonancia. Esto significa que una señal que ocasione una RM en estas condiciones podrá ser detectada, pero con el mismo valor desde todas las partes del cuerpo, de manera que no existe información espacial o información de dónde se produce la resonancia
.Para resolver este problema se añaden bobinas, llamadas bobinas de gradiente. Cada una de las bobinas genera un campo magnético de una cierta intensidad con una frecuencia controlada. Estos campos magnéticos alteran el campo magnético ya presente y, por tanto, la frecuencia de resonancia de los núcleos. Utilizando tres bobinas ortogonales es posible asignarle a cada región del espacio una frecuencia de resonancia diferente, de manera que cuando se produzca una resonancia a una frecuencia determinada será posible determinar la región del espacio de la que proviene.
En vez de aplicar tres gradientes diferentes que establezcan una relación única entre frecuencia de resonancia y punto del espacio, es posible utilizar diferentes frecuencias para las bobinas de gradiente, de manera que la información queda codificada en espacio de fases. Esta información puede ser transformada en posiciones espaciales utilizando al transformada de Fourier discreta.
Riesgos para la salud
Debido a la complejidad de un equipo de IRM, existen muy diversas maneras en las que este puede afectar a la salud de una persona. Se puede clasificar estas maneras en tres grupos:
Riesgos inmediatos evitables
Riesgos inmediatos inevitables
Riesgos a largo plazo
Riesgos inmediatos evitables
Son riesgos derivados la introducción de un objeto o material en la sala donde se encuentra el equipo que interaccione de alguna manera con éste. Estos riesgos son evitables en la mayor, si no en la totalidad, de los casos, si el personal que maneja el equipo tiene una formación apropiada y la información sobre el paciente es completa.
La mayor parte de efectos negativos que puede tener sobre la salud un examen de IRM provienen de los efectos directos que el campo electromagnético puede ejercer sobre materiales conductores de la electricidad o ferromagnéticos o sobre dispositivos electrónicos.
Debido al potente campo magnético que rodea al equipo de IRM permanentemente, cualquier material ferromagnético, como el hierro, se verá atraído con mucha fuerza hacia la pared interior del hueco donde se sitúa el paciente, a menudo "volando" a través del espacio que lo separa de este lugar. Una vez pegado a la pared, extraerlo puede requerir mucha fuerza, si no se desea apagar el imán primario. En el caso de que algún otro objeto se interponga entre el imán y el material ferromagnético, se pueden producir graves daños, tanto al equipo de IRM como a los pacientes y personal presentes en la sala o en el interior equipo.
Los materiales conductores también representan un cierto peligro. Aunque estos materiales no se verán atraídos por el campo magnético permanente del imán primario, reaccionarán a cualquier cambio en el campo magnético estático oponiéndose a este cambio, según la ley de Lenz. Un cambio en el campo magnético se produce, por ejemplo, cuando se encienden las bobinas de gradiente y estas empiezan a emitir campos magnéticos con diversas frecuencias. La consecuencia de esto es la aparición de una corriente eléctrica que, gracias a la resistencia del material, producirá un calentamiento, pudiendo llegar a causar quemaduras a cualquier objeto en contacto con él .
Estas magnitudes pueden ser medidas fácilmente, utilizando sondas extracorporales, y tratan de extrapolar los valores establecidos por los límites de exposición, de manera que si los valores de actuación nunca son superados, los límites de exposición tampoco lo sean. En el caso de que los valores de actuación sean superados, es necesario realizar un estudio detallado para determinar si los límites de exposición están siendo rebasados y, en caso afirmativo, corregir la situación.La forma en la que la ICNIRP ha realizado la extrapolación no está exenta de polémica.
Así, los límites de exposición de la ICNIRP y de la IEEE son iguales, pero no así los valores de actuación que ambas instituciones han establecido. Igualmente, la manera en la que los gobiernos nacionales y regionales han realizado la transposición a la legislación local, a menudo dividiendo los valores de actuación arbitrariamente, es un tema controvertido.En lo relativo a la IRM, diversos estudios indican que los campos EM presentes en un equipo de IRM pueden superar tanto los valores de actuación como los límites de exposición para el personal sanitario de manera que algunas prácticas en el interior de la sala de IRM pasarían a ser constitutivas de crimen por parte del empleador de ser llevadas a cabo.A día de hoy las agencias gubernamentales y la Comisión europea han formado un grupo de trabajo para examinar las implicaciones de la directiva para la IRM y para tratar el problema de las exposiciones individuales a los campos EM de IRM
En vez de aplicar tres gradientes diferentes que establezcan una relación única entre frecuencia de resonancia y punto del espacio, es posible utilizar diferentes frecuencias para las bobinas de gradiente, de manera que la información queda codificada en espacio de fases. Esta información puede ser transformada en posiciones espaciales utilizando al transformada de Fourier discreta.
Riesgos para la salud
Debido a la complejidad de un equipo de IRM, existen muy diversas maneras en las que este puede afectar a la salud de una persona. Se puede clasificar estas maneras en tres grupos:
Riesgos inmediatos evitables
Riesgos inmediatos inevitables
Riesgos a largo plazo
Riesgos inmediatos evitables
Son riesgos derivados la introducción de un objeto o material en la sala donde se encuentra el equipo que interaccione de alguna manera con éste. Estos riesgos son evitables en la mayor, si no en la totalidad, de los casos, si el personal que maneja el equipo tiene una formación apropiada y la información sobre el paciente es completa.
La mayor parte de efectos negativos que puede tener sobre la salud un examen de IRM provienen de los efectos directos que el campo electromagnético puede ejercer sobre materiales conductores de la electricidad o ferromagnéticos o sobre dispositivos electrónicos.
Debido al potente campo magnético que rodea al equipo de IRM permanentemente, cualquier material ferromagnético, como el hierro, se verá atraído con mucha fuerza hacia la pared interior del hueco donde se sitúa el paciente, a menudo "volando" a través del espacio que lo separa de este lugar. Una vez pegado a la pared, extraerlo puede requerir mucha fuerza, si no se desea apagar el imán primario. En el caso de que algún otro objeto se interponga entre el imán y el material ferromagnético, se pueden producir graves daños, tanto al equipo de IRM como a los pacientes y personal presentes en la sala o en el interior equipo.
Los materiales conductores también representan un cierto peligro. Aunque estos materiales no se verán atraídos por el campo magnético permanente del imán primario, reaccionarán a cualquier cambio en el campo magnético estático oponiéndose a este cambio, según la ley de Lenz. Un cambio en el campo magnético se produce, por ejemplo, cuando se encienden las bobinas de gradiente y estas empiezan a emitir campos magnéticos con diversas frecuencias. La consecuencia de esto es la aparición de una corriente eléctrica que, gracias a la resistencia del material, producirá un calentamiento, pudiendo llegar a causar quemaduras a cualquier objeto en contacto con él .
El tercer tipo de peligro directo para la salud provocado por un examen de IRM es para los dispositivos electrónicos o mecánicos que puedan ser introducidos en la sala donde se encuentra el equipo de diagnóstico.
Debido tanto al campo magnético permanente como a las ondas de radio y a los gradientes normales durante un examen de IRM, cualquier dispositivo mecánico con alguna parte metálica podría no funcionar bien en el interior de la sala. Este es el caso de algunas válvulas cardiacas. Un equipo electrónico mal blindado de las radiaciones electromagnéticas podría dejar de funcionar o hacerlo incorrectamente durante o después de un examen de IRM. El marcapasos es el ejemplo típico de problemas derivados de este efecto,[4] aunque hoy en día existen técnicas, métodos y dispositivos que posibilitan un examen con IRM a un paciente con un marcapasos o similar.
Los campos EM también interaccionan con los seres humanos, ya que interaccionan con cualquier partícula cargada, y esto puede derivar, principalmente, en corrientes en el interior de los tejidos y en calentamiento del cuerpo. Estos efectos presentan un riesgo bajo y controlado.En medicina se suele utilizar un análisis de riesgo-beneficio para valorar si un paciente debe someterse o no a un examen de IRM. En el caso de que el riesgo inevitable sea mayor que el normal, el examen solo se realizará si es absolutamente necesario. Este es el caso de mujeres embarazadas, por ejemplo.Riesgos de una exposición prolongada a campos EM.
Durante los últimos años se ha iniciado un debate en los foros públicos y científicos sobre los posibles efectos adversos para la salud de la exposición prolongada a campos electromagnéticos. Este tipo de riesgo afecta principalmente al personal sanitario que trabaja en las instalaciones de IRM, al personal de mantenimiento que debe realizar reparaciones o trabajo directamente sobre el equipo y a cualquier otra persona que deba encontrarse a menudo en las proximidades de un equipo de IRM.
Los efectos de exposiciones prolongadas podrían derivar de los efectos conocidos mencionados en la sección anterior (calentamiento del cuerpo y corrientes en el interior de los tejidos) o podrían derivar de efectos no conocidos que, a largo plazo, causaran enfermedades mortales tales como cáncer.
A día de hoy no existe ninguna evidencia que sostenga esta última afirmación y la mayoría de los estudios que la apoyan no presentan una correlación estadísticamente significativa entre campos EM y cáncer.La directiva europea 2004/40/CE
Al respecto de los efectos conocidos y sus posibles consecuencias a causa de exposiciones prolongadas, la Comisión Europea aprobó en abril de 2004 la directiva 2004/40/CE, sobre las disposiciones mínimas de seguridad y de salud relativas a la exposición de los trabajadores a los riesgos derivados de los agentes físicos (campos electromagnéticos que establece límites de exposición (expousure limits) para las densidades de corriente y los coeficientes de absorción específica en el interior del personal que trabaja en una instalación que emite campos EM (incluyendo equipos de IRM). Estos límites siguen las recomendaciones de la Comisión Internacional sobre Protección Frente a Radiaciones No Ionizantes (ICNIRP por sus siglas en inglés) en su guía 7/99.
Medir estas magnitudes en el interior de una persona no es posible. Como mucho puede utilizarse un maniquí en el interior del cual sea posible introducir las sondas para medir la corriente y la absorción específica o crear un modelo matemático del equipo de IRM y de la persona para obtener valores numéricos.Para facilitar la tarea, la directiva europea y la guía de la ICNIRP establece también lo que se denominan valores de actuación (action values) para los valores del campo eléctrico, campo magnético, flujo magnético, potencia, corriente de contacto y corriente en tejido.
Estas magnitudes pueden ser medidas fácilmente, utilizando sondas extracorporales, y tratan de extrapolar los valores establecidos por los límites de exposición, de manera que si los valores de actuación nunca son superados, los límites de exposición tampoco lo sean. En el caso de que los valores de actuación sean superados, es necesario realizar un estudio detallado para determinar si los límites de exposición están siendo rebasados y, en caso afirmativo, corregir la situación.La forma en la que la ICNIRP ha realizado la extrapolación no está exenta de polémica.
Así, los límites de exposición de la ICNIRP y de la IEEE son iguales, pero no así los valores de actuación que ambas instituciones han establecido. Igualmente, la manera en la que los gobiernos nacionales y regionales han realizado la transposición a la legislación local, a menudo dividiendo los valores de actuación arbitrariamente, es un tema controvertido.En lo relativo a la IRM, diversos estudios indican que los campos EM presentes en un equipo de IRM pueden superar tanto los valores de actuación como los límites de exposición para el personal sanitario de manera que algunas prácticas en el interior de la sala de IRM pasarían a ser constitutivas de crimen por parte del empleador de ser llevadas a cabo.A día de hoy las agencias gubernamentales y la Comisión europea han formado un grupo de trabajo para examinar las implicaciones de la directiva para la IRM y para tratar el problema de las exposiciones individuales a los campos EM de IRM
QuImIoTeRaPiA rADiOtErApIA Y tRaNsPlAnTe De MeDuLa
TRATAMIENTOS CONTRA EL CÁNCER: CIRUGÍA, RADIOTERAPIA, QUIMIOTERAPIA Y TRANSPLANTE DE MÉDULA
La cirugía
Es el método más empleado para aquellos tumores pequeños y localizados en un lugar concreto. Para que sea completamente eficaz se precisa extirpar parte del tejido que rodea el tumor para asegurar así que todas las células cancerosas han sido extirpadas.Si el cáncer se ha extendido a otras zonas, a través de la sangre o de la linfa, habrá que realizar otros tratamientos, bien sean añadidos a la cirugía o únicos y distintos a ella.
La cirugía
Es el método más empleado para aquellos tumores pequeños y localizados en un lugar concreto. Para que sea completamente eficaz se precisa extirpar parte del tejido que rodea el tumor para asegurar así que todas las células cancerosas han sido extirpadas.Si el cáncer se ha extendido a otras zonas, a través de la sangre o de la linfa, habrá que realizar otros tratamientos, bien sean añadidos a la cirugía o únicos y distintos a ella.
La radioterapia utiliza partículas de alta energía capaces de penetrar al cuerpo. A través de una máquina, llamada acelerador lineal, se genera y dirigen esas partículas hacia el lugar concreto donde se tengan que aplicar.
Las demás zonas del cuerpo se protegen para no recibir la radiación.La radioterapia utiliza partículas similares a los rayos X, que se utilizan para hacer una radiografía normal, lo que ocurre es que en éstas últimas, la cantidad suministrada es muy pequeña.Las células cancerosas son especialmente sensibles a la radiación.
El patólogo es quien decide la zona exacta donde suministrar los rayos. La zona exacta del tumor se habrá localizado a través de pruebas diagnósticas como radiografías, biopsias, etc.La radioterapia puede utilizarse como tratamiento único en aquellos casos en que los tumores sean especialmente sensibles a la radiación y no haya señales de que se haya extendido hacia ningún otro lugar.
Puede emplearse como tratamiento supletorio a la cirugía, para aplicarlo previamente a ésta, y disminuir así el tamaño del tumor y que sea más fácil su extirpación.El tratamiento conjunto de radioterapia y quimioterapia se utiliza también con frecuencia. A veces, el empleo de quimioterapia antes de la radioterapia hace a las células cancerosas más sensibles a la radiación.
El patólogo es quien decide la zona exacta donde suministrar los rayos. La zona exacta del tumor se habrá localizado a través de pruebas diagnósticas como radiografías, biopsias, etc.La radioterapia puede utilizarse como tratamiento único en aquellos casos en que los tumores sean especialmente sensibles a la radiación y no haya señales de que se haya extendido hacia ningún otro lugar.
Puede emplearse como tratamiento supletorio a la cirugía, para aplicarlo previamente a ésta, y disminuir así el tamaño del tumor y que sea más fácil su extirpación.El tratamiento conjunto de radioterapia y quimioterapia se utiliza también con frecuencia. A veces, el empleo de quimioterapia antes de la radioterapia hace a las células cancerosas más sensibles a la radiación.
Otras se emplea la radioterapia después de la quimioterapia para asegurar la eliminación de todas las células cancerosas.El paciente tendrá que ir, de forma ambulatoria, a la clínica u hospital donde le administren la radioterapia. La duración de cada sesión son unos veinte minutos. El enfermo estará solo en una sala aislada para que las radiaciones no se propaguen. Las zonas donde se tiene que aplicar la radioterapia estarán marcadas y las demás se protegerán de la radiación. Después de la sesión, el paciente podrá marcharse a su casa.
QUIMIOTERAPIA
La quimioterapia consiste en el empleo de medicinas para tratar el cáncer. Son medicamentos cuya función es eliminar, dañar o retrasar el crecimiento de las células cancerosas.El principal problema que produce este tratamiento viene derivado de que las células cancerosas no son agentes o cuerpos extraños al organismo sino que son parecidas a las células que las rodean. Esto hace que los fármacos, que actúan sobre todo contra las células del cáncer, tengan también efectos sobre las células normales. * GRÁFICO INTERACTIVO: Radioactividad contra el cáncer.
La quimioterapia actúa sobre las células que se dividen con gran rapidez, que es lo que suelen hacer las cancerosas. Pero también existen otras células, que no son cancerosas y que también se dividen de forma rápida.Algunos medicamentos quimioterápicos actúan interrumpiendo la fase donde la célula cancerosa se divide y esto hace que el tiempo de crecimiento sea mayor y que la célula muera. Otros medicamentos intervienen en todas las fases de la célula.
Como las células cancerosas son más frágiles que las normales, resultan más afectadas que las normales, por lo que la acción de los medicamentos recae sobre todo en ellas.Otros fármacos cambian las condiciones externas del organismo para que les sean desfavorables a esas células. Éste sería el caso de las hormonas que pueden bloquear la acción de determinadas sustancias y con ello no favorecer el crecimiento de las células malignas.
En los últimos años, se están empleando combinaciones de quimioterápicos porque se ha comprobado que su acción conjunta es más eficaz para destruir el cáncer. Se suelen combinar medicamentos anticancerígenos con modos de acción distintos y capacidad para producir efectos diferentes.Hay tratamientos que contienen un medicamento que interviene en una fase de la célula, otro que interviene en otra fase y una hormona que cambia las condiciones externas a las células.Estas combinaciones pretenden ser más eficaces sobre las células cancerosas y menos dañinas para las células normales.
Los medicamentos quimioterápicos pueden administrarse de diferentes formas: a través de un comprimido por vía oral; mediante un suero o inyección intravenosa; por inyección intramuscular o mediante una inyección a través de una punción en la médula ósea. Efectos secundarios de la quimioterapiaCualquier medicamento puede producir efectos secundarios no deseables debido a su acción sobre el organismo.Los medicamentos quimioterápicos al actuar sobre células que se dividen con frecuencia, las células cancerosas lo hacen, también pueden actuar sobre aquellas células normales que también se dividen con frecuencia. Estas células son por ejemplo, las células de la médula ósea (donde se fabrican las células sanguíneas) y las membranas mucosas del conducto gastrointestinal. Los folículos pilosos también se dividen con frecuencia y son sensibles a algunos medicamentos de quimioterapia.Por este motivo, algunos de estos fármacos producen náuseas, vómitos, diarrea, llagas en la boca. Otros dan lugar a una pérdida temporal del cabello. La médula queda temporalmente perjudicada en su función de producir células sanguíneas. Por esto es más fácil que se produzcan infecciones, pues el número de leucocitos es inferior, o que se produzca cansancio o anemia, ya que el número de hematíes también puede disminuir.Al ser medicamentos muy fuertes, los efectos secundarios también lo son. Debido a sus efectos secundarios, la quimioterapia se administra en forma de ciclos, durante un período de tiempo se administran los medicamentos y seguidamente se deja un período de descanso.Este período de descanso se utiliza para que se produzca una recuperación hematológica ya que, como hemos dicho antes, estos medicamentos producen efectos sobre las células cancerosas y sobre otras, que no lo son.Los efectos secundarios dependerán del tipo de medicamento que se administre, de la duración del tratamiento y del estado general del paciente. Estos efectos son limitados y temporales.Existen medicamentos que atenúan los efectos secundarios de la quimioterapia, como podrían ser los antieméticos que disminuyen o hacen desaparecer la sensación de náuseas.Junto a la quimioterapia, se administran esos medicamentos para disminuir o anular, en la medida de lo posible, muchos de estos efectos secundarios.* GRÁFICO INTERACTIVO: Cómo funciona la quimioterapiaEl trasplante de médula ósea se realiza cuando se ha producido un daño en la médula ósea que le impida realizar las funciones que, antes de la quimioterapia, estaba realizando. Estas funciones consisten en la formación de las células sanguíneas, papel fundamental para la vida humana.La quimioterapia se administra para destruir las células cancerosas pero, al mismo tiempo, puede dañar la médula ósea y otros órganos. Por esto generalmente no se suelen utilizar dosis muy elevadas.
La quimioterapia consiste en el empleo de medicinas para tratar el cáncer. Son medicamentos cuya función es eliminar, dañar o retrasar el crecimiento de las células cancerosas.El principal problema que produce este tratamiento viene derivado de que las células cancerosas no son agentes o cuerpos extraños al organismo sino que son parecidas a las células que las rodean. Esto hace que los fármacos, que actúan sobre todo contra las células del cáncer, tengan también efectos sobre las células normales. * GRÁFICO INTERACTIVO: Radioactividad contra el cáncer.
La quimioterapia actúa sobre las células que se dividen con gran rapidez, que es lo que suelen hacer las cancerosas. Pero también existen otras células, que no son cancerosas y que también se dividen de forma rápida.Algunos medicamentos quimioterápicos actúan interrumpiendo la fase donde la célula cancerosa se divide y esto hace que el tiempo de crecimiento sea mayor y que la célula muera. Otros medicamentos intervienen en todas las fases de la célula.
Como las células cancerosas son más frágiles que las normales, resultan más afectadas que las normales, por lo que la acción de los medicamentos recae sobre todo en ellas.Otros fármacos cambian las condiciones externas del organismo para que les sean desfavorables a esas células. Éste sería el caso de las hormonas que pueden bloquear la acción de determinadas sustancias y con ello no favorecer el crecimiento de las células malignas.
En los últimos años, se están empleando combinaciones de quimioterápicos porque se ha comprobado que su acción conjunta es más eficaz para destruir el cáncer. Se suelen combinar medicamentos anticancerígenos con modos de acción distintos y capacidad para producir efectos diferentes.Hay tratamientos que contienen un medicamento que interviene en una fase de la célula, otro que interviene en otra fase y una hormona que cambia las condiciones externas a las células.Estas combinaciones pretenden ser más eficaces sobre las células cancerosas y menos dañinas para las células normales.
Los medicamentos quimioterápicos pueden administrarse de diferentes formas: a través de un comprimido por vía oral; mediante un suero o inyección intravenosa; por inyección intramuscular o mediante una inyección a través de una punción en la médula ósea. Efectos secundarios de la quimioterapiaCualquier medicamento puede producir efectos secundarios no deseables debido a su acción sobre el organismo.Los medicamentos quimioterápicos al actuar sobre células que se dividen con frecuencia, las células cancerosas lo hacen, también pueden actuar sobre aquellas células normales que también se dividen con frecuencia. Estas células son por ejemplo, las células de la médula ósea (donde se fabrican las células sanguíneas) y las membranas mucosas del conducto gastrointestinal. Los folículos pilosos también se dividen con frecuencia y son sensibles a algunos medicamentos de quimioterapia.Por este motivo, algunos de estos fármacos producen náuseas, vómitos, diarrea, llagas en la boca. Otros dan lugar a una pérdida temporal del cabello. La médula queda temporalmente perjudicada en su función de producir células sanguíneas. Por esto es más fácil que se produzcan infecciones, pues el número de leucocitos es inferior, o que se produzca cansancio o anemia, ya que el número de hematíes también puede disminuir.Al ser medicamentos muy fuertes, los efectos secundarios también lo son. Debido a sus efectos secundarios, la quimioterapia se administra en forma de ciclos, durante un período de tiempo se administran los medicamentos y seguidamente se deja un período de descanso.Este período de descanso se utiliza para que se produzca una recuperación hematológica ya que, como hemos dicho antes, estos medicamentos producen efectos sobre las células cancerosas y sobre otras, que no lo son.Los efectos secundarios dependerán del tipo de medicamento que se administre, de la duración del tratamiento y del estado general del paciente. Estos efectos son limitados y temporales.Existen medicamentos que atenúan los efectos secundarios de la quimioterapia, como podrían ser los antieméticos que disminuyen o hacen desaparecer la sensación de náuseas.Junto a la quimioterapia, se administran esos medicamentos para disminuir o anular, en la medida de lo posible, muchos de estos efectos secundarios.* GRÁFICO INTERACTIVO: Cómo funciona la quimioterapiaEl trasplante de médula ósea se realiza cuando se ha producido un daño en la médula ósea que le impida realizar las funciones que, antes de la quimioterapia, estaba realizando. Estas funciones consisten en la formación de las células sanguíneas, papel fundamental para la vida humana.La quimioterapia se administra para destruir las células cancerosas pero, al mismo tiempo, puede dañar la médula ósea y otros órganos. Por esto generalmente no se suelen utilizar dosis muy elevadas.
Cuando el cáncer no desaparece con una dosis moderada de quimioterapia y se requiere, para la curación, administrar otra mucho mayor, junto con el empleo en ocasiones de radioterapia, será necesario realizar un trasplante de médula ósea porque ésta va a ser destruida por la quimioterapia.
A la administración de quimioterapia previa al trasplante, se le denomina acondicionamiento.Con este trasplante se administra células madre que son productoras de las células que forman la sangre.Las células madre se pueden conseguir directamente de la médula ósea o de la sangre periférica.Si se extraen de la médula, habrá que realizar múltiples aspiraciones en los huesos de la cadera (crestas iliacas) bajo anestesia general. En la médula ósea existe una célula madre por cada 2.000 células, para conseguir un número suficiente de células madre hay que extraer casi un litro de médula, por este motivo hay que realizar múltiples pinchazos y el paciente tiene que estar anestesiado.Otro método consiste en emplear citoquinas, que son una especie de "hormonas de la médula ósea" que hacen salir las células madre a la sangre periférica y son recogidas con unos separadores celulares mediante un procedimiento denominado aféresis o leucoféresis, a través de una máquina similar a la de diálisis. Una vez extraídas, se colocan en una bolsa de transfusión para administrarlas por vía intravenosa al paciente compatible o bien se congela a -200º C, en el caso de trasplante autólogo. Cuando la médula se introduce en el interior del torrente sanguíneo a través de un catéter central, estas células madre se dirigen hacia las cavidades de los huesos donde implantan, maduran y se multiplican. Así el paciente puede producir de nuevo células sanguíneas sanas. En ocasiones, este procedimiento supone la única posibilidad de curación para algunos pacientes con leucemia u otras enfermedades como aplasia medular, mieloma múltiple, linfoma maligno, talasemia mayor, etc. ... Existen dos tipos de trasplante de células madre, el alogénico y el autológico.Se habla de trasplante alogénico cuando las células que se trasplantan, sean de médula ósea o de sangre periférica, son de un donante, familiar o no, cuyo tipo tisular es casi idéntico al del paciente.
El trasplante autólogo consiste en obtener médula ósea del propio paciente, mientras la enfermedad está en remisión, para mantenerla congelada y realizar el trasplante después de aplicarle al paciente una dosis alta de quimioterapia. Este tipo de trasplante se realiza cuando no existe un posible donante o se considera que el riesgo es muy elevado con el trasplante alogénico, por el posible rechazo que pueda sufrir el paciente. Si no tiene un hermano gemelo, las posibilidades de conseguir un donante compatible no son superiores al 35%. El trasplante autólogo tiene menos riesgos que el alogénico al no existir el rechazo.
Sin embargo, hay mayor índice de recidivas porque es posible que al extraer la médula del propio paciente quede alguna célula cancerosa que produzca después del trasplante que la enfermedad reaparezca.Una vez que se ha realizado el trasplante, la médula tarda en reconstituirse unas 3-4 semanas. Durante este período, denominado aplasia, el paciente no posee un número de células sanguíneas suficiente como para mantenerse con vida. Debido a esto, el riesgo de sufrir infecciones o hemorragias es elevado, por lo que debe permanecer en el hospital, para recibir transfusiones, antibióticos o tratamientos para estimular el crecimiento de los granulocitos.
CaNcEr
CaNcEr
Quizás sea una de las palabras más utilizada y que más asusta cuando se habla de salud y de su reverso, la enfermedad.
Es decir, la multiplicación descontrolada de una célula cuando pierde sus mecanismos normales de control a causa de lo cual termina formando una masa celular más o menos compacta que invade los tejidos adyacentes y puede propagarse por cualquier parte del cuerpo afectándole- se debe a la alteración genética que se produce en el ADN de una célula como consecuencia de su desarmonización o desequilibrio energético o de una decodificación errónea de la información recibida.
Un cambio genético que puede deberse a múltiples causas externas -o exógenas- que no está de más recordar antes de continuar y que son las siguientes:
1) La herencia genética (por activación de protooncogenes y oncogenesalgo que sin embargo predispone pero no determina)
.2) Determinados virus (como el papilomavirus, el citomegalovirus del sarcoma de Kaposi o el virus de la hepatitis B), entre otros.
3) Algunos parásitos.
4) La irritación física crónica del organismo a causa de alguna patología.
5) Algunos productos químicos utilizados en la industria (son los casos del arsénico, el asbesto, el alquitrán, el amianto, las aminas aromáticas, el benceno, los cromatos, el níquel, el cadmio, el cromo, la bencidina, el cloruro de vinilo y otros) y de la agricultura (pesticidas y fertilizantes, especialmente los derivados del petróleo).
6) Determinados productos utilizados en Medicina (como los agentes alquilantes, el dietilestilbestrol, la oximetolona y el thorotrat, entre otros)
7) Una inadecuada alimentación (por ejemplo, la ingesta excesiva de alimentos tóxicos, grasas saturadas, alcohol, nueces de betel y alimentos ahumados y picantes).
8) El tabaco y algunos de los productos presentes en los cigarrillos. Y
,9) Las radiaciones ionizantes. Hay que aclarar que se denomina radiación a toda energía que se propaga a través del espacio en forma de ondas. Sólo que unas son ionizantes y otras no. Las que no lo son -como la luz visible o las ondas de radio y televisión- no son peligrosas.
Pero las ionizantes sí. Y éstas son de dos tipos: las electromagnéticas -constituidas por rayos gamma, rayos X y rayos ultravioleta- y las constituidas por partículas subatómicas. Por tanto, puede también provocar cáncer:a) La radiactividad natural.
Es el caso de los rayos cósmicos procedentes del espacio y de la propia de algunos minerales como el uranio o el torio. Sin olvidar al gas radón -procedente del uranio- que se encuentra de forma natural en la tierra así como el que procede de materiales de construcción, abonos fosfatados, componentes de radioemisores, etc.b) Los campos magnéticos y, sobre todo, los electromagnéticos (en especial los generados por las torres de alta tensión). c) Las microondas (antenas y repetidoras de telefonía móvil, especialmente). d) Los materiales de desecho radiactivos de la industria nuclear, los hospitales y los centros de investigación. e) La radiactividad que se incorpora artificialmente en muchos alimentos y bebidas durante su elaboración antes de ser comercializados (los crustáceos, mejillones, chirlas y almejas la concentran especialmente).f) Los rayos X de los aparatos médicos. g) Las explosiones nucleares. Que las radiaciones ionizantes son potencialmente cancerígenas no es discutible. Y que terminen o no provocando cáncer sólo depende ya de la distancia a la que se esté de ellas así como del tiempo e intensidad de la exposición y de la fortaleza del sistema inmunitario.Y es que el nivel de defensas del cuerpo es importante ya que el sistema inmune está capacitado para destruir cualquier célula cancerígena antes de que se reproduzca, lo que de hecho hace a menudo.Sin embargo, cuando alguien está bajo de defensas es más fácil que el cáncer aparezca o se desarrolle. Tal es la razón de que sean propensos a padecerlo quienes tienen alguna de las llamadas "enfermedades autoinmunes", las infectadas por el virus del SIDA y quienes toman fármacos que frenan la respuesta inmunológica. Como igualmente explica el hecho de que dos o más personas estén sometidas a un mismo factor de riesgo cancerígeno y unas enfermen y otras no. Ya hemos explicado antes que el sistema inmunitario está facultado para combatir y erradicar las células que se cancerizan y que si no lo logra es porque se encuentra bajo de defensas.
FACTORES ENDÓGENOS
Resumidas las posibles causas externas del cáncer hay que agregar que las mismas, pese a todo, no son sino la causa de la quinta o sexta parte de los cánceres.
No menos del 80% de ellos se deben en realidad al desequilibrio energético, a la desarmonización integral del ser humano en un momento determinado por mor de disfunciones emocionales, algo que puede producirse de una manera lenta en el tiempo o de forma casi fulminante.
Lo que la gran mayoría de los oncólogos ignora porque no se les ha enseñado. Para ellos, la posibilidad de que el cáncer sea una enfermedad psicosomática -es decir, provocada por un conflicto emocional o psíquico- es absurda. Así lo piensa, por ejemplo, Mariano Barbacid, biólogo español considerado una de las mayores autoridades sobre cáncer quien me negaría en persona esa posibilidad durante el acto de celebración de la constitución del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) en Madrid. Para él, como para la mayoría de los oncólogos, la causa del cáncer -y, por ende, su curación- debe buscarse en el mundo microscópico, en el mundo celular y genético.Quizás porque no recuerde o rechace inconscientemente que está científicamente demostrado que hay múltiples vías de comunicación entre el sistema nervioso y el sistema inmunológico, miles de conexiones que mantienen estrechamente relacionadas la mente, las emociones y el cuerpo.
Los biólogos, los fisiólogos y los médicos creyeron hasta hace sólo unos años que el cerebro (con sus diferentes ramificaciones a través del cuerpo vía sistema nervioso central) y el sistema inmunitario eran entidades independientes y, por tanto, no podían influirse mutuamente. Que no existía ningún tipo de comunicación entre los centros cerebrales y las regiones de la médula ósea encargadas de la fabricación de los linfocitos T. Hoy se sabe que estaban equivocados. Y, de hecho, ese descubrimiento daría lugar a una nueva ciencia, la Psiconeuroinmunología, actualmente a la vanguardia de la Medicina y de la que es destacado exponente Francisco Varela, neurocientífico de la Escuela Politécnica de París.
Bruce McEwen, psicólogo de Yale, demostró por su parte ya en 1993 (Archives of Internal Medicine) que el estrés compromete la función inmunitaria hasta tal extremo que, entre otras cosas, acelera notablemente los procesos de metástasis.
Decidieron averiguarlo. A fin de cuentas Hamer trabajaba entonces como jefe del servicio de Medicina Interna del hospital y podía desarrollar una investigación profunda adecuadamente. Por tanto, desarrolló un amplio protocolo científico. ¿El resultado? Pues, sencillamente, descubrió cuestiones tan importantes que han revolucionado la concepción tradicional de la Medicina, de las causas de las enfermedades, de su desarrollo y de su curación.
Quizás sea una de las palabras más utilizada y que más asusta cuando se habla de salud y de su reverso, la enfermedad.
Es decir, la multiplicación descontrolada de una célula cuando pierde sus mecanismos normales de control a causa de lo cual termina formando una masa celular más o menos compacta que invade los tejidos adyacentes y puede propagarse por cualquier parte del cuerpo afectándole- se debe a la alteración genética que se produce en el ADN de una célula como consecuencia de su desarmonización o desequilibrio energético o de una decodificación errónea de la información recibida.
Un cambio genético que puede deberse a múltiples causas externas -o exógenas- que no está de más recordar antes de continuar y que son las siguientes:
1) La herencia genética (por activación de protooncogenes y oncogenesalgo que sin embargo predispone pero no determina)
.2) Determinados virus (como el papilomavirus, el citomegalovirus del sarcoma de Kaposi o el virus de la hepatitis B), entre otros.
3) Algunos parásitos.
4) La irritación física crónica del organismo a causa de alguna patología.
5) Algunos productos químicos utilizados en la industria (son los casos del arsénico, el asbesto, el alquitrán, el amianto, las aminas aromáticas, el benceno, los cromatos, el níquel, el cadmio, el cromo, la bencidina, el cloruro de vinilo y otros) y de la agricultura (pesticidas y fertilizantes, especialmente los derivados del petróleo).
6) Determinados productos utilizados en Medicina (como los agentes alquilantes, el dietilestilbestrol, la oximetolona y el thorotrat, entre otros)
7) Una inadecuada alimentación (por ejemplo, la ingesta excesiva de alimentos tóxicos, grasas saturadas, alcohol, nueces de betel y alimentos ahumados y picantes).
8) El tabaco y algunos de los productos presentes en los cigarrillos. Y
,9) Las radiaciones ionizantes. Hay que aclarar que se denomina radiación a toda energía que se propaga a través del espacio en forma de ondas. Sólo que unas son ionizantes y otras no. Las que no lo son -como la luz visible o las ondas de radio y televisión- no son peligrosas.
Pero las ionizantes sí. Y éstas son de dos tipos: las electromagnéticas -constituidas por rayos gamma, rayos X y rayos ultravioleta- y las constituidas por partículas subatómicas. Por tanto, puede también provocar cáncer:a) La radiactividad natural.
Es el caso de los rayos cósmicos procedentes del espacio y de la propia de algunos minerales como el uranio o el torio. Sin olvidar al gas radón -procedente del uranio- que se encuentra de forma natural en la tierra así como el que procede de materiales de construcción, abonos fosfatados, componentes de radioemisores, etc.b) Los campos magnéticos y, sobre todo, los electromagnéticos (en especial los generados por las torres de alta tensión). c) Las microondas (antenas y repetidoras de telefonía móvil, especialmente). d) Los materiales de desecho radiactivos de la industria nuclear, los hospitales y los centros de investigación. e) La radiactividad que se incorpora artificialmente en muchos alimentos y bebidas durante su elaboración antes de ser comercializados (los crustáceos, mejillones, chirlas y almejas la concentran especialmente).f) Los rayos X de los aparatos médicos. g) Las explosiones nucleares. Que las radiaciones ionizantes son potencialmente cancerígenas no es discutible. Y que terminen o no provocando cáncer sólo depende ya de la distancia a la que se esté de ellas así como del tiempo e intensidad de la exposición y de la fortaleza del sistema inmunitario.Y es que el nivel de defensas del cuerpo es importante ya que el sistema inmune está capacitado para destruir cualquier célula cancerígena antes de que se reproduzca, lo que de hecho hace a menudo.Sin embargo, cuando alguien está bajo de defensas es más fácil que el cáncer aparezca o se desarrolle. Tal es la razón de que sean propensos a padecerlo quienes tienen alguna de las llamadas "enfermedades autoinmunes", las infectadas por el virus del SIDA y quienes toman fármacos que frenan la respuesta inmunológica. Como igualmente explica el hecho de que dos o más personas estén sometidas a un mismo factor de riesgo cancerígeno y unas enfermen y otras no. Ya hemos explicado antes que el sistema inmunitario está facultado para combatir y erradicar las células que se cancerizan y que si no lo logra es porque se encuentra bajo de defensas.
FACTORES ENDÓGENOS
Resumidas las posibles causas externas del cáncer hay que agregar que las mismas, pese a todo, no son sino la causa de la quinta o sexta parte de los cánceres.
No menos del 80% de ellos se deben en realidad al desequilibrio energético, a la desarmonización integral del ser humano en un momento determinado por mor de disfunciones emocionales, algo que puede producirse de una manera lenta en el tiempo o de forma casi fulminante.
Lo que la gran mayoría de los oncólogos ignora porque no se les ha enseñado. Para ellos, la posibilidad de que el cáncer sea una enfermedad psicosomática -es decir, provocada por un conflicto emocional o psíquico- es absurda. Así lo piensa, por ejemplo, Mariano Barbacid, biólogo español considerado una de las mayores autoridades sobre cáncer quien me negaría en persona esa posibilidad durante el acto de celebración de la constitución del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) en Madrid. Para él, como para la mayoría de los oncólogos, la causa del cáncer -y, por ende, su curación- debe buscarse en el mundo microscópico, en el mundo celular y genético.Quizás porque no recuerde o rechace inconscientemente que está científicamente demostrado que hay múltiples vías de comunicación entre el sistema nervioso y el sistema inmunológico, miles de conexiones que mantienen estrechamente relacionadas la mente, las emociones y el cuerpo.
Los biólogos, los fisiólogos y los médicos creyeron hasta hace sólo unos años que el cerebro (con sus diferentes ramificaciones a través del cuerpo vía sistema nervioso central) y el sistema inmunitario eran entidades independientes y, por tanto, no podían influirse mutuamente. Que no existía ningún tipo de comunicación entre los centros cerebrales y las regiones de la médula ósea encargadas de la fabricación de los linfocitos T. Hoy se sabe que estaban equivocados. Y, de hecho, ese descubrimiento daría lugar a una nueva ciencia, la Psiconeuroinmunología, actualmente a la vanguardia de la Medicina y de la que es destacado exponente Francisco Varela, neurocientífico de la Escuela Politécnica de París.
En definitiva, actualmente se sabe que los mensajeros químicos más activos, tanto en el cerebro como en el sistema inmunitario, se concentran en las regiones nerviosas encargadas del control de las emociones.
Para corroborarlo basta leer el trabajo de David Felten, "La relación existente entre el sistema nervioso central y las células inmunitarias" que publicara en Journal of Immunology. Felten, que empezó su trabajo de investigación observando que las emociones tienen un efecto muy poderoso sobre el sistema autónomo -encargado, entre otras cosas, de regular la cantidad de insulina liberada en la sangre y la tensión arterial-, terminaría logrando determinar el lugar en el que el sistema nervioso se comunica directamente con los linfocitos y las células macrógafas del sistema inmunitario.
Y descubrió también la existencia de conexiones nerviosas directas entre el sistema nervioso autónomo y las células del sistema inmune. Punto físico de contacto que permite a las células nerviosas liberar los neurotransmisores que regulan la actividad de las células inmunitarias. Bueno, en realidad la comunicación se establece en los dos sentidos.A continuación Felten efectuó un experimento con animales a los que extrajo algunos de los nervios de los nódulos linfáticos y del bazo -donde se elaboran y almacenan las células del sistema inmunitario- inoculándoles a continuación varios virus para ver cómo reaccionaba el sistema inmune. El resultado fue que el nivel de defensas del mismo fue muchísimo menor. Lo que vino a demostrar que si faltan esas terminaciones nerviosas el sistema inmunitario no es capaz de responder adecuadamente a una invasión vírica o bacteriana.
Algo que, en suma, vino a demostrar que el sistema nervioso no sólo está relacionado con el sistema inmunitario sino que es esencial para que éste funcione bien. Otro de los elementos que demuestran la relación entre los sistemas nervioso e inmune lo indican las hormonas liberadas en situaciones de estrés.
Las catecolaminas (la adrenalina y la noradrenalina), el cortisol, la prolactina y los opiáceos naturales (como la beta-endorfina y la encefalina), todas ellas hormonas liberadas en situaciones de tensión, tienen una clara influencia sobre el sistema inmune.
De hecho, es lo que explica que el estrés disminuya puntualmente el nivel de respuesta de las defensas del organismo. Sólo que cuando el estrés es intenso y prolongado la inhibición puede llegar a ser permanente. A partir de entonces se han realizado numerosas investigaciones cuya descripción excede de las posibilidades de un mero artículo divulgativo como éste pero que demuestran las conexiones entre el cerebro, el sistema cardiovascular y el sistema inmunitario. Sepa el lector, en todo caso, que American Psychologist publicó ya en 1987 un metaanálisis que revisó los resultados de 101 trabajos de investigación llevados a cabo con miles de personas y que demostraba hasta qué punto son dañinas para la salud las emociones negativas, los shocks traumáticos, la ansiedad crónica, la angustia, el miedo irracional, el estado de irritabilidad constante, la ira, el odio, el rencor, el pesimismo, la melancolía exagerada, la desconfianza extrema y la depresión.No se quiere decir con esto que tales actitudes y emociones lleven sin más a enfermar pero sí que pueden llevar a sufrir cualquier enfermedad -incluido el cáncer- si se mantienen en el tiempo o son muy intensas e inesperadas; especialmente si se viven en soledad porque no tener la oportunidad de compartir una vivencia traumática con alguien hace que esa energía se acumule y bloquee pudiendo provocar desequilibrios energéticos importantes. Desde ataques de asma pasando por jaquecas, úlceras o artritis hasta problemas cardiovasculares y cáncer. -
Bruce McEwen, psicólogo de Yale, demostró por su parte ya en 1993 (Archives of Internal Medicine) que el estrés compromete la función inmunitaria hasta tal extremo que, entre otras cosas, acelera notablemente los procesos de metástasis.
Es más, el estrés sostenido puede afectar incluso al cerebro, especialmente al hipocampo, lo que puede llevar a la pérdida de memoria.
En suma, hay suficientes evidencias de que las emociones negativas y el estrés afectan directamente al sistema nervioso y, por ende, al sistema inmune.A pesar de lo cual, la mayoría de los oncólogos -y muchos otros médicos- son aún reacios a aceptar la relevancia de las emociones en la somatización de las enfermedades. De muchas de ellas, no de unas pocas.
Llegados a este punto, es decir, una vez ha quedado claro que las emociones afectan al sistema nervioso y que éste está íntimamente relacionado con el sistema inmunitario, encargado de las defensas del organismo y cuyas células están capacitadas para resolver cualquier proceso canceroso, cabe preguntarse cuándo, en qué condiciones y de qué manera han de desarrollarse esos traumas emocionales para que den un lugar a un cáncer.
Pues bien, en ese sentido hay que mencionar los trabajos del mundialmente conocido médico alemán Ryke Geerd Hamer, de quien tanto Mariano Barbacid como los expertos que congregó durante la presentación oficial del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO) pretendieron hacer creer no haber oído hablar nunca.Doctor en Física y en Medicina -con varias especialidades-, Hamer fue jefe del servicio de Medicina Interna del Hospital Universitario Oncológico de Munich y hasta el momento en que propugnó sus teorías estaba considerado en su país una eminencia científica. Entonces Hamer no se diferenciaba en su concepción de la salud y la enfermedad de sus colegas. Sin embargo, todo cambiaría un día en que, encontrándose en Córcega junto a su mujer y su hijo Dirk, una bala perdida disparada por el Duque de Saboya -pretendiente al trono de Italia- alcanzaría a éste en el cuello mientras dormía en la cubierta de un barco.Dirk estaría entre la vida y la muerte seis meses y terminó muriendo.
Dos meses después tanto Hamer como su esposa, también médico, enfermaron de cáncer. Él en un testículo y ella en una mama. Aquello les sorprendió. Ambos eran aún jóvenes y jamás habían sufrido enfermedades de importancia. Luego, ¿por qué se les había manifestado simultáneamente un cáncer a cada uno? Lo único distinto que había sucedido en sus vidas era la inesperada muerte del hijo... Así que ambos se preguntaron si la aparición de sus cánceres no tendría que ver con ello, si habría relación entre las enfermedades, las emociones y la psique; es decir, si las enfermedades o muchas de ellas -y, en especial, el cáncer- no serían, ante todo, psicosomáticas.
Decidieron averiguarlo. A fin de cuentas Hamer trabajaba entonces como jefe del servicio de Medicina Interna del hospital y podía desarrollar una investigación profunda adecuadamente. Por tanto, desarrolló un amplio protocolo científico. ¿El resultado? Pues, sencillamente, descubrió cuestiones tan importantes que han revolucionado la concepción tradicional de la Medicina, de las causas de las enfermedades, de su desarrollo y de su curación.
Porque, en efecto, él y su mujer descubrieron -entre otras muchas otras cosas verdaderamente importantes- que la mayoría de los cánceres son psicosomáticos, es decir, producidos por shocks traumáticos emocionales. Y que todo conflicto biológico de este tipo, antes de manifestarse en el cuerpo, produce una disfunción en el cerebro que puede detectarse mediante una Tomografía Axial Computerizada (TAC) ya que provoca una ruptura del campo electrofisiológico o electromagnético como consecuencia de lo cual se altera el órgano que esa parte del cerebro está regulando. Desde entonces se habla en muchos ámbitos de una nueva medicina: la Nueva Medicina de Hamer. Pero como quiera que el asunto es importante -y extenso y abre un abanico de preguntas y respuestas pretendo dedicarme mas a fondo al ytema e imvestigar mucho mas,pues en mi vida ya pase por un cancer.
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